Claro que todos estos cuidados comienzan desde la juventud, evitando aquellos factores que aceleran el envejecimiento celular, como son la exagerada exposición al sol, el estrés, la falta de sueño, el abuso del alcohol y drogas, así como también las dietas ricas en grasas, embutidos, fritos y conservantes. De otro lado existen factores protectores que retardan el proceso de envejecimiento como son los deportes, la actividad física en general, una actitud positiva, un sueño relajado y tranquilo, una dieta saludable rica en frutas y verduras, agua una dosis de buen humor; factores todos estos que disminuyen la liberación de oxidantes (sustancias envejecedoras) y aumentan los niveles de antioxidantes que actúan a nivel celular previniendo su envejecimiento.
Existen otros factores inamovibles como lo son el tiempo y la fuerza de la gravedad. Genéticamente el ser humano esta programado para vivir un número determinado de años, existen familias y poblaciones más longevas que otras, pero los factores externos, ya enumerados, van a determinar que se prolongue o se acorte la vida útil programada en nuestros génes.
Hemos mencionado que existe una gran variedad de tratamientos cosméticos que ayudan a revitalizar los tejidos del rostro, aumentando su circulación, ejercitando sus músculos y manteniendo saludable la piel para retardar el proceso de envejecimiento. También hemos expuesto diversos procedimientos quirúrgicos menores que van solucionando algunas alteraciones en la medida que van apareciendo y de esta forma evitar llegar a tener aquellas marcas acentuadas de la vejez en su rostro. Inexorablemente la flacidez de los tejidos del rostro aparece debido a la atrofia muscular y la disminución de producción de elastina y colágeno, que sumado a la fuerza de gravedad, arrastra la piel y los tejidos subdérmicos y los músculos hacia abajo, acentuándose cada vez más los pliegues y las arrugas, marcándose los surcos y colgando la piel en el borde mandibular, en el cuello, en las mejillas, en los párpados y en las cejas, dando aquel aspecto envejecido, cansado, fatigado y pesado que nadie quisiera tener.
Preoperatorio de Lifting Facial
La cirugía de rejuvenecimiento facial (ritidoplastia) involucra la parte más visible del individuo, su carta de presentación social y como tal representa una gran carga emocional que afecta no solo a la persona sino también a su entorno familiar. Por esta razón la consulta preoperatoria debe ser extensa, para tener un diagnóstico preciso, esclarecer las expectativas, analizar la calidad de la piel, los antecedentes como hipertensión, diabetes, alcoholismo, tabaquismo, estrés, depresión, drogadicción y el uso de medicamentos que puedan afectar la coagulación. Se debe explicar al paciente los hallazgos del examen físico, del laboratorio, las indicaciones, las limitaciones, el tipo de anestesia, el tipo de cirugía, la ubicación de las líneas de corte, el comportamiento de las cicatrices, la hinchazón y las equimosis que se presentaran en el pos operatorio, los cuidados que se deben tener, todo en presencia de un familiar cercano, para evitar las angustias innecesarias, sobre todo en el curso de los 10 primeros días, cuando el resultado no es “bonito” todavía.
LA CIRUGÍA
Ritidoplastia, Lifting Facial, Face Lift
La cirugía de rejuvenecimiento facial, es una acto sublime y único en la vida de cada persona, lleno de una gran carga emocional y muchas expectativas, como tal se deben tomar todas las precauciones. Lo ideal es que la cirugía del rostro sea la primera en la mañana, con el paciente descansado y sedado, se realiza la marcación de las lineas de corte al rededor de las orejas, con prolongación en el cuero cabelludo hacia la región occipital y hacia arriba a la región temporal y frontal. Una vez en la sala de cirugía se profundiza la sedación endovenosa y se garantiza la oxigenación con un tubo endotraqueal. Mientras el paciente duerme se infiltra el rostro con la anestesia local y adrenalina para prevenir el sangrado excesivo.
Luego se realizan las incisiones y se libera la piel del cuello, las mejillas y la frente. Después de cauterizar algunos vasos sangrantes, se tensionan y levantan los músculos del cuello y las mejillas, para finalmente tensionar la piel, medir cuidadosamente los excesos para eliminarlos y cerrar con puntos de anclaje y sutura continua de nylon. Finalmente se realiza la blefaroplastia tal como ha sido descrita anteriormente y se coloca un vendaje acolchado, compresivo para evitar posibles sangrados y controlar la hinchazón.
La duración de la cirugía es de aproximadamente 5 horas. Terminada la cirugía se suprime el sedante y se retira el tubo con el paciente ya despierto. Siendo trasladado a la sala de recuperación, siempre bajo vigilancia de personal de enfermería experto, vigilando los signos vitales y señales de sangrado fuera de lo normal.